Mañana: Nigrán - Palacio de Canedo
La estancia en Galicia había llegado a su fin. Era hora de volver a subirnos en la "Bicha" y recorrer kilómetros hacia nuestro destino en el Levante.
A primera hora encendemos motores, damos los últimos retoques al equipaje y procedemos a las despedidas de rigor. Nunca he sido muy de despedidas, así que hicimos ese período incómodo lo más corto posible, y nos fuimos al encuentro de la N-120, la cual sería nuestra aliada durante buena parte del día.
Al iniciar la marcha en Nigrán, el día estaba despejado y parecía que nos íbamos a encontrar con otra jornada de calor, pero a la altura de A Cañiza (PO), la niebla hacía acto de presencia.
Un buen amigo, también motero, nos había aconsejado coger la autopista a Ourense para evitar esas nieblas mañaneras, que al parecer son habituales a lo largo del recorrido de la N-120. Decidimos hacer caso omiso a dichas observaciones y no coger la autopista. ¡¡¡Joder si había niebla!!! Y un fresquito que calaba en los huesos...
Decidimos hacer ese recorrido y no ir por autopista porque el día de llegada a Nigrán ya habíamos circulado por parte de esa carretera, y nos había parecido divertida. Además, tampoco fue mucha su duración, ya que a la llegada a Ourense, el día empezaba a aclarar niebla, aunque permanecía nublado.
Una vez pasado Ourense, proseguimos la ruta hacia Os Peares, donde se confluyen los ríos Miño y Sil, y dando lugar a uno de los embalses más famosos de Galicia. También está próximo de los tan conocidos "Cañones del Sil", por donde se puede dar un paseo en catamarán observando las terrazas que se forman en las montañas y que son aprovechadas para el cultivo de vid. De ahí sale el vino de la Ribeira Sacra.
Hechas las fotos de rigor en Os Peares, continuamos por la N-120 hacia la provincia de León. Nuestra idea era hacer la parada para comer en O Barco de Valdeorras, pero el día era cada vez mejor, pudiendo ver cada vez mejor el celeste cielo. El sol brillaba con fuerza y nos permitía disfrutar de unos paisajes espectaculares del interior gallego.
Una vez en O Barco, hicimos una parada técnica para repostar y deliberar. Decidimos hacer un minipincho en la misma cafetería de la gasolinera y... ¿por qué no estirar la mañana, visitar las Médulas y pegarnos un homenaje en el Palacio de Canedo? Pues la contestación a la pregunta se la puede imaginar uno fácilmente. ¡¡¡A por el homenaje!!!
Abandonábamos la N-120 en O Barco para seguir por la N-536. ¡¡¡Qué carretera más guapa!!!
Todo un lujo poder haberla disfrutado con un magnífico día soleado. Aunque la temperatura nos empezaba a recordar al viaje de ida, donde el calor había estado muy presente.
Antes de llegar a Las Médulas, pudimos observar un indicador que señalaba hacia el Lago de Carucedo, y por allí nos perdimos en un pueblo pequeño en el que nos informaron que íbamos en dirección opuesta. Como las indicaciones que nos aportaron no nos quedaron muy claras, decidimos desistir y continuar hacia nuestro destino. Aún así, hicimos una foto al que creíamos era ese lago, pero del que no encontramos acceso. Siempre nos quedará esa incógnita...
Un poco más ubicados, llegábamos a Las Médulas, considerado Parque Cultural, y que está formado por una antigua explotación minera de oro romana. Yo ya las había visitado con anterioridad y creímos que no era necesario entrar a su interior. Además, la oficina de los tickets estaba cerrada y el hambre hacía acto de presencia. Una visita recomendada.
Visita de cortesía realizada a Las Médulas. Próximo destino el Palacio de Canedo, donde repostaríamos nosotros. No estaba muy lejos de Las Médulas, aparte que yo también lo había visitado. La artillera no se puede quejar de las cosas que le enseño jeje
Es un placer degustar esos buenos platos que sirven en el Palacio de Canedo acompañados de esas vistas y la tranquilidad que aporta el entorno. Buen lugar para hacer un descanso y a un precio acorde con los servicios prestados.
Tarde: Palacio de Canedo - León
Después de unos minutos de descanso y de reposo de la comida, iniciábamos la marcha de nuevo poniendo rumbo hacia Ponferrada. No atravesamos el centro de la ciudad, y mientras redacto el blog y me informo un poco más, descubro que en esta ciudad existe un castillo templario espectacular. Debe de ser una de las pocas cosas que se me han escapado de la ruta. Como no hay vuelta atrás, sigamos con el resto de la ruta...
Nuestro siguiente destino era Astorga, incorporándonos a la LE-142 y disfrutando de la sierra leonesa. Llegábamos hasta Molinaseca por una carretera divertida rodeada de vegetación.
Atravesábamos algún que otro pequeño pueblo con una veintena de casas. El asfalto de la carretera se convertía en empedrado, lo cual hacía pensar que nuestro querido GPS intentaba hacer que viésemos cosas en las que no teníamos demasiada curiosidad. Creo que eso se llama miedo a perderse. Pero nos equivocábamos. Era la única manera de pasar por esos pueblos. El Acebo de San Miguel (León) es uno de los ejemplos.
Más carretera comarcal, curvas, vegetación y sensación de libertad...
...hasta llegar a Manjarín. Todavía no sabemos si es un pueblo, un asentamiento, o un hombre que ha construído un par de chabolas y se ha preocupado de conocer la geografía mundial para mostrar a todo el que pase por allí de la distancia a la que se encuentran muchas de las ciudades más importantes del mundo.
Un lugar curioso, descubierto a través de Google Maps Streetview, que no quería perderme en estas andanzas a través de España.
La LE-142 seguía ofreciéndonos preciosos paisajes y tranquilidad absoluta...
...y alguna que otra curiosidad más.
Una casa con decoración exterior agrícola pintada de azul. Curioso...
Astorga se aproximaba y nos apetecía hacer una pequeña visita a su Catedral de Santa María, así como al Palacio Episcopal, que se encuentra a su lado. Esta parada nos serviría para estirar un poco las piernas.
Una vez nos volvíamos a incorporar a la N-120, el camino a León no tiene mucho que reseñar. La ruta de tarde no había sido muy larga, ya que lo que habíamos hecho era estirar lo más posible la mañana. Y no nos arrepentimos, porque pudimos dar un buen paseo por la zona de la Catedral de León y disfrutar de sus bares y pinchos. Un lugar muy recomendable para disfrutar de un buen ambiente, incluso por la semana.
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